David Domínguez, director de Foodservice España en Circana, compartió el decálogo del consumidor para 2025, con las cifras y tendencias más relevantes para este año.
Con un ritmo de vida cada vez más repleto de actividades, las opciones de alimentarse se reducen a ‘cocinar’ o ‘no cocinar’. En 2024, la restauración concentró el 34 % del gasto total en alimentación y bebidas, superando los 42.500 millones de euros. El 15% de este gasto se realizó por los residentes en Madrid.
Pero el consumidor es cada vez más selectivo en sus visitas a la restauración, con una variación mínima del -0.1% de las visitas a cierre de 2024. De hecho, entre 2019 y 2024, se ha reducido el número de visitas al año por habitante desde 159 veces a 146 veces.
En este contexto de demanda muy estable, la Restauración de Marca ha conseguido incrementar sus visitas un +3%, muy por encima del rendimiento del mercado. Este crecimiento está estrechamente vinculado a la continua expansión del número de establecimientos. El número de establecimientos de marca ha crecido casi un 25% desde 2019 hasta las 16.064 unidades.
Además, la Restauración de Marca absorbe casi el 31% del gasto total en restauración comercial (QSR+FSR) a nivel nacional, en Madrid esta cifra se eleva a cerca del 40%
Profundizando en el comportamiento del consumidor, el consumidor de restauración se ha vuelto más diurno, incrementando sus visitas un +0.6% en los momentos de desayuno, media mañana y comidas. Prefiere un menú más corto, donde la incidencia de un plato principal crece en +3.6 pp, frente a una caída de los entrantes y tapas de -3.7pp. Se abandona cada vez más el consumo de bebidas alcohólicas, en especial, entre los consumidores más jóvenes entre los 18 y 24 años, aunque también en los más maduros.
También cabe destacar que el consumidor valora la sostenibilidad en la oferta de restauración, en especial, los productos de cercanía y temporada, los inclusivos -celíacos, vegetarianos y veganos-, la reducción del desperdicio con la opción de llevar a casa lo no consumido, y el impacto medioambiental, concretamente, la reducción del uso del plástico.
Por último, la personalización de la oferta también está altamente valorada, aprovechar las apps, la web y los programas de fidelización, supone una ventaja competitiva para el restaurador.