Lo que muchos desconocen es que la composición de un textil influye directamente en lo que ocurre cada vez que entra en la lavadora. No es solo una prueba de resistencia, sino también un compromiso para proteger la salud del huésped y minimizar impactos negativos en el medio ambiente.
En el sector hostelero, donde los textiles entran en contacto directo con las personas a diario, garantizar que sean seguros para el uso humano y respetuosos con el entorno es fundamental. Para ello, existen certificaciones como OEKO-TEX Standard 100, un sello que Resuinsa ha renovado de forma ininterrumpida desde 1998.
Este reconocido certificado asegura que los productos están libres de sustancias nocivas como metales pesados, pesticidas o colorantes alergénicos. Pero, ¿sabías que estos textiles certificados también desempeñan un papel crucial para evitar la contaminación del agua cada vez que se lavan?
Su impacto va más allá del primer uso: al no contener químicos tóxicos, los residuos que se desprenden durante el lavado no dañan el entorno ni sobrecargan las estaciones de depuración.
Durante el uso (lavado en lavadora):
- No se liberan sustancias peligrosas al agua.
- Se reduce la carga contaminante en las estaciones de tratamiento.
- Se protege la vida en ríos, lagos y mares.
- Se fomenta un modelo de consumo más sostenible.
Al final de su vida útil (incineración controlada):
- No se generan emisiones tóxicas al ser incinerados.
- Se evita la liberación de dioxinas, furanos o metales pesados.
- Se protege tanto a los trabajadores como al medioambiente.
En un sector tan exigente como la hostelería, seleccionar materiales responsables no solo mejora la experiencia del huésped, sino que también impulsa la sostenibilidad global.