El informe elaborado por Rezero y financiado por la Conselleria de Turisme, Cultura i Esports del Govern de les Illes Balears, señala que Mallorca reúne las condiciones necesarias para convertirse en un referente internacional en reutilización de envases en el canal horeca, tanto por su marco normativo como por la predisposición del sector y de la ciudadanía.
Actualmente, el consumo de envases desechables para comida take away en Mallorca genera entre 680 y 1.360 toneladas anuales de residuos, compuestos mayoritariamente por papel y cartón (66,8%), plástico (28,7%) y aluminio (4,4%). Estos residuos llegan a representar hasta el 10% del volumen de las papeleras en la vía pública, con picos especialmente elevados durante la temporada turística alta.
El estudio estima que las administraciones públicas asumen unos 5,7 millones de euros anuales en limpieza viaria vinculada a estos envases, lo que equivale a 6,15 euros por residente. A esta cifra habría que sumar otros costes no contabilizados, como la recogida y tratamiento de residuos en la fracción resto, el impacto sobre el litoral o el deterioro de la imagen turística.
Desde el punto de vista ambiental, los envases de un solo uso generan 2.088 toneladas anuales de CO₂ equivalente, una huella comparable a 1.305 vuelos de ida y vuelta entre Palma y Nueva York.
Ahorro potencial para el canal horeca
Además del impacto público, el estudio pone el foco en los costes directos para bares, cafeterías y restaurantes. Los establecimientos del canal horeca en Mallorca gastan actualmente entre 495 y 6.800 euros anuales en la compra de envases desechables, un gasto que podría reducirse de forma significativa con la implantación de sistemas de reutilización colectiva.
El informe detecta el interés de los negocios en el cambio: casi el 50% de los establecimientos de restauración se muestran dispuestos a participar en un sistema de envases reutilizables. El 96% de la población afirma estar dispuesta a usar recipientes propios o integrarse en un sistema de envases retornables si se implanta.
La reutilización se percibe, además, como un valor añadido para la oferta turística, alineado con la creciente demanda de sostenibilidad por parte de los visitantes. La transición permitiría también impulsar nuevos servicios locales de lavado, logística inversa y distribución, generando actividad económica en la isla.
"Con un apoyo logístico e incentivos económicos adecuados, Mallorca puede reducir drásticamente sus residuos, ahorrar millones de euros anuales en limpieza y reforzar su imagen como destino turístico responsable e innovador", señala Alba Cabrera, directora de Estudios de la Fundación Rezero.
Un marco favorable, pero necesidad de coordinación
El estudio destaca que Mallorca parte de una posición privilegiada, gracias a su condición insular y a contar con una de las normativas de prevención de residuos más avanzadas de España, lo que facilita la implantación de modelos de economía circular. No obstante, Rezero subraya que para superar barreras como la logística de lavado, la estacionalidad turística o la escala operativa, es imprescindible una coordinación estratégica entre administraciones, empresas del sector horeca y ciudadanía.
"El marco normativo actual favorece la reutilización, pero es insuficiente para impulsar un cambio real. Son necesarias políticas específicas y coordinadas, adaptadas a las particularidades de las Islas Baleares, que hagan viable la implantación de estos sistemas a corto y medio plazo", concluye el estudio.




