El Matcha se ha convertido en un producto estratégico para la innovación en menús de bebidas calientes, destacando no solo por su sabor, sino por su atractivo saludable y visual. Dominar la técnica de preparación puede marcar la diferencia en la fidelización de clientes y en la reputación de cafeterías, hoteles y restaurantes. De la mano de la cadena de restauración Rodilla abordamos cuáles son los principales errores en su preparación y cómo solucionarlos.
Tres errores comunes que arruinan un Matcha latte
Usar agua hirviendo
Problema: El agua a 100 ºC quema las hojas de té en polvo, intensificando el amargor y degradando nutrientes.
Solución: Utilizar agua a 70-80 ºC. En ausencia de termómetro, hervir y dejar reposar 30-60 segundos.
No tamizar el polvo de Matcha
Problema: La aparición de grumos afecta la textura y la liberación uniforme del sabor.
Solución: Tamizar el Matcha sobre el cuenco antes de añadir el agua, aireando el polvo y facilitando la disolución.
Remover con cuchara en lugar de batidor
Problema: Se pierde la emulsión y la espuma característica del latte.
Solución: Utilizar batidor de bambú (chasen) o alternativas como espumadores de mano o batidoras pequeñas de repostería para lograr una espuma fina y uniforme.
Cremoso y equilibrado: consejos para potenciar la experiencia del cliente
- Toque dulce sin perder la esencia: Miel o sirope de arce en pequeñas cantidades equilibran la intensidad del té.
- Textura y grasa de la leche: Leches enteras o de avena aportan densidad y sensación cremosa, reduciendo la astringencia y mejorando la experiencia sensorial.




