Las tradicionales comidas y cenas de empresa están dejando de ser un mero trámite social para convertirse en una palanca estratégica de talento. Este cambio de enfoque, impulsado por la propia evolución del mercado laboral, está transformando también el negocio hostelero: mayor ticket medio, más demanda experiencial y un creciente interés de las compañías por diseñar propuestas alineadas con su cultura corporativa.
"La cena de Navidad ha dejado de ser un trámite que hay que tachar del checklist. Bien pensada, es una herramienta potentísima de marketing interno y fidelización de equipos", explica Diego Olmedilla, CEO de Aplus Gastromarketing y director general de Facyre.
Un negocio al alza: más gasto por persona y mayor inversión en experiencia
Los datos acompañan esta tendencia. Según diversas investigaciones del sector: el ticket medio de las comidas y cenas de empresa ronda ya los 57 euros por persona, un 10 % más que el año anterior. Ocho de cada diez restaurantes reconoce que incrementa precios en estas fechas para adaptarse al aumento de demanda y de costes. Por otro lado, más de la mitad de los empleados estaría dispuesta a pagar de su bolsillo parte o la totalidad de la cena de empresa, con un gasto medio de 25 a 50 euros.
Para la hostelería —especialmente restaurantes, hoteles con espacios MICE y empresas de catering— este tipo de celebraciones se ha convertido en un pilar clave de ingresos durante el último trimestre del año, pero también en una oportunidad para ofrecer conceptos gastronómicos diferenciados y experiencias de mayor valor añadido.
Por qué las cenas de empresa son ahora una acción de employer branding
El fondo del cambio está en el contexto laboral. Los estudios de clima y motivación apuntan a un "precipicio del talento": casi la mitad de los profesionales en España se plantea cambiar de trabajo en los próximos meses en cuanto mejore la economía.
En este escenario, las empresas están reforzando su estrategia de employee experience: no basta con salario o beneficios; pesan el ambiente, la cultura y los momentos compartidos. "La gastronomía es un lenguaje universal. Cuando una empresa cuida ese momento, envía un mensaje claro: ´os queremos aquí´", indica Olmedilla.
En paralelo, la hostelería ha profesionalizado su oferta hacia el segmento corporativo: menús cerrados, espacios reservados, música en vivo, propuestas sostenibles, decoración temática, maridajes, photobooths o dinámicas de equipo se integran ya en muchas celebraciones.
Del gastromarketing comercial al gastromarketing interno
El concepto de gastromarketing, históricamente ligado a la relación entre marcas y consumidores, da ahora un salto hacia dentro de las organizaciones. Aplus Gastromarketing, con veinte años de trayectoria en el universo Horeca explica que una buena cena de empresa puede activar varias palancas internas:
- Reforzar el sentimiento de pertenencia: una experiencia gastronómica cuidada consolida la identidad de equipo más allá de los roles. Un ambiente distendido y memorable genera orgullo y conexión emocional.
- Facilitar la relación entre áreas y niveles: en un espacio no jerárquico surgen conversaciones informales que luego mejoran la colaboración diaria.
- Potenciar el reconocimiento: es el momento idóneo para poner en valor el esfuerzo del año, destacar iniciativas y alinear a los equipos con los objetivos del nuevo ejercicio.
- Impulsar el employer branding: las experiencias positivas se comparten en redes y en conversaciones personales. Eso contribuye a la percepción externa de cómo una empresa cuida a su gente.
"Cada vez vemos más áreas de RR HH que nos llaman no solo para llenar un salón, sino para diseñar experiencias que refuercen su posicionamiento como empleador", señala Olmedilla.
Claves para que una cena de Navidad sea realmente estratégica
Aplus identifica cuatro elementos esenciales para elevar la cena de empresa de un mero encuentro social a una auténtica acción de gastromarketing interno:
1. Concepto gastronómico alineado con la marca: propuesta sostenible, menú tradicional, formato cóctel o degustación… la elección comunica valores y personalidad.
2. Storytelling y mensajes trabajados: el discurso de dirección, los agradecimientos y los reconocimientos deben integrarse en la experiencia.
3. Diseño inclusivo y diverso: alergias, preferencias alimentarias, opciones sin alcohol, franjas horarias y formatos alternativos ayudan a que nadie se quede fuera.
4. Cuidar el antes y el después: una buena campaña interna de comunicación —save the date, fotos, vídeo y mensajes posteriores— multiplica el efecto emocional del evento.
"Una buena cena de Navidad empieza semanas antes y termina días después, cuando la gente sigue hablando de lo que vivió allí. Esa conversación es oro para cualquier departamento de Personas", resume el director general de Facyre.
Más allá de Navidad: hacia un calendario gastronómico corporativo
Las compañías más avanzadas están extendiendo este enfoque a lo largo del año: desayunos con la dirección, afterworks temáticos, catas formativas o encuentros con productores locales se incorporan a programas de bienestar, cultura o formación interna. En un mercado laboral donde captar y retener talento es cada vez más complicado, la gastronomía se posiciona como un vehículo natural y eficaz para reforzar cultura, compromiso y orgullo de pertenencia. "La pregunta ya no es si hacemos o no cena de Navidad, sino qué queremos conseguir con ella", concluye Olmedilla.



