El Tribunal Supremo ha admitido a trámite el recurso de casación presentado por SOS Hostelería y la Asociación Valenciana de Operadoras de Máquinas Recreativas (ASMOVAR) contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana relativa a la Ordenanza de protección contra la contaminación acústica aprobada por el Ayuntamiento de Valencia en marzo de 2023.
La normativa municipal introducía restricciones como la prohibición de apertura de nuevos establecimientos hosteleros a menos de 30 metros unos de otros, una medida que ha sido objeto de controversia entre el consistorio y los representantes del sector.
Aunque una sentencia anterior anuló parcialmente la ordenanza, el Ayuntamiento recurrió dicho fallo, lo que ha llevado a la interposición de un recurso de casación ante el Alto Tribunal por parte de las organizaciones recurrentes.
El Supremo analizará ahora si la administración local, en su ejercicio de regulación acústica, ha podido incurrir en una extralimitación de sus competencias, interfiriendo con el acceso y ejercicio de actividades económicas, como la hostelería, en contra de lo previsto en la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado (Ley 20/2013) y la Ley sobre el Libre Acceso a las Actividades de Servicios (Ley 17/2009).
La decisión del Supremo se centrará en determinar si las potestades municipales para regular el control del ruido justifican medidas que puedan limitar la actividad económica o si, por el contrario, dichas restricciones deben revisarse por su posible afección al derecho a emprender.
Desde SOS Hostelería, su presidente Fidel Molina ha lamentado que se haya tenido que llegar a esta instancia judicial sin que se haya abierto un canal de diálogo previo con el Ayuntamiento. Molina ha subrayado la disposición del sector a colaborar con la administración para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente sin necesidad de limitar la actividad.
El recurso, aún pendiente de resolución, podría sentar jurisprudencia sobre los límites de las ordenanzas municipales en materia de control acústico y su impacto sobre sectores como la hostelería, especialmente en contextos urbanos donde se cruzan intereses económicos, sociales y medioambientales.