Además de eficiencias en costes, potencia las políticas de RSC al ser más económico que la opción tradicional con agua, papel, electricidad y jabón, y al reducir su correspondiente consumo.
Gracias al sencillo sistema automático, se garantiza la máxima higiene ya que elimina el 99’9% de los gérmenes y se caracteriza por ser líquida, no pegajosa, evaporable e hidratante.