España consolida su posición como uno de los destinos más competitivos a nivel mundial en la primera mitad de 2025. El país registró un 5% más de llegadas internacionales respecto al mismo periodo de 2024, lo que refuerza su atractivo en un contexto de fuerte competencia global.
Este crecimiento sitúa a España al nivel de otros grandes destinos europeos como Francia y Türkiye, que también han mostrado un desempeño positivo.
El incremento en la entrada de viajeros internacionales se ha visto acompañado de un 8% más de ingresos por turismo, un dato especialmente relevante para el sector hotelero y la industria hostelera nacional. Este aumento refleja tanto el gasto directo de los visitantes en alojamiento y restauración como en servicios complementarios (ocio, transporte, comercio), generando un impacto directo en la economía local.
Además, España destaca como mercado emisor con un crecimiento del 16% en gasto turístico al extranjero, lo que confirma el dinamismo del consumidor español y la fortaleza del turismo en ambas direcciones. Esta doble condición —destino receptor de primer orden y emisor en crecimiento— fortalece el papel de España dentro del turismo internacional en 2025.
Europa lidera con 340 millones de turistas
El viejo continente sigue siendo el epicentro del turismo internacional: en el primer semestre de 2025, Europa recibió cerca de 340 millones de visitantes internacionales, lo que supone un crecimiento del 4% frente al año pasado y un 7% más que en 2019, superando así los niveles previos a la pandemia. E
n términos regionales, la recuperación no ha sido homogénea: Europa Occidental, Septentrional y Mediterránea Meridional registraron un crecimiento moderado del 3%, pero manteniendo su fortaleza como motores turísticos. Europa Central y Oriental mostró un repunte mucho más dinámico, con un aumento del 9%, aunque aún un 11% por debajo de los niveles de 2019.
Estos datos confirman que Europa mantiene su liderazgo mundial en turismo, y que países como España tienen un rol clave en el crecimiento global gracias a su consolidada oferta hotelera, su conectividad aérea y su posicionamiento como destino seguro y diverso.
Tendencias clave para el sector turístico español
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Alta ocupación hotelera
La ocupación hotelera mundial alcanzó el 71% en julio de 2025, manteniéndose en niveles similares a 2024. En España, los datos preliminares apuntan a una estabilidad en las reservas, con especial fuerza en destinos de sol y playa y un repunte en las ciudades gracias al turismo cultural y de congresos.
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Mayor conectividad aérea
El tráfico y la capacidad aérea internacional aumentaron un 7% en el primer semestre de 2025, lo que ha favorecido especialmente a aeropuertos españoles como Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat, consolidando al país como hub de entrada para viajeros europeos y latinoamericanos.
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Turismo sostenible
ONU Turismo insiste en la necesidad de avanzar hacia un modelo sostenible e inclusivo, una tendencia que afecta de lleno al sector hotelero español. Cada vez más cadenas están apostando por estrategias de eficiencia energética, gestión del agua y reducción de residuos, elementos que los viajeros valoran al elegir su destino.
Factores de riesgo
El sector debe seguir lidiando con retos estructurales: el aumento de los costes de transporte y alojamiento, la incertidumbre geopolítica y la caída de la confianza del consumidor en algunos mercados emisores. Estas condiciones podrían moderar la demanda y obligan a los hoteles y operadores turísticos españoles a ser más competitivos en precio, flexibilidad y calidad del servicio.
Previsiones para final de 2025
ONU Turismo mantiene una previsión de crecimiento mundial de entre el 3% y el 5% en 2025, con una ligera mejora de la confianza para el último trimestre del año. Para España, las perspectivas son positivas, ya que los indicadores de demanda anticipan un cierre de ejercicio sólido tanto en llegadas internacionales como en ingresos. El reto, sin embargo, será mantener la competitividad sin perder rentabilidad, apostando por la digitalización, la personalización de la experiencia del cliente y la sostenibilidad como palancas estratégicas para asegurar el liderazgo del país en el turismo global.