La Martinuca, marca referente en la evolución y puesta en valor de la tortilla española como icono gastronómico nacional, continúa su expansión con paso firme. La compañía ha inaugurado tres nuevos puntos de venta en localizaciones estratégicas del área metropolitana de Madrid: Alcobendas, Pozuelo y El Corte Inglés Sanchinarro, consolidando así su modelo de negocio y reforzando su presencia en zonas de alta demanda.
Estas aperturas forman parte de una hoja de ruta definida, que prioriza la cercanía al consumidor, la eficiencia operativa y la consistencia en la calidad del producto. "Estas aperturas son una consecuencia natural de la respuesta que recibimos diariamente. Hemos trabajado con rigor en la identificación de ubicaciones, analizado comportamientos de consumo y apostado por formatos que optimicen la experiencia del cliente sin perder nuestra esencia", señala Víctor Naranjo, cofundador y CEO de La Martinuca.
Nuevos “Despachos de Tortilla” y foco en take away y delivery
Las ubicaciones de Alcobendas y Pozuelo han sido elegidas para albergar dos nuevos “Despachos de Tortilla”, un formato propio que prioriza la venta para llevar y el servicio a domicilio, dos canales en auge dentro del consumo urbano.
“Estas ubicaciones responden a un estudio detallado del consumo recurrente. La demanda de una oferta gastronómica tradicional, bien ejecutada y disponible con agilidad, es cada vez mayor. Nuestra solución busca atender esa necesidad con eficiencia y calidad constante”, apunta Christopher Aguilar, CMO de la marca.
Apuesta por el retail premium con El Corte Inglés
En paralelo, La Martinuca ha inaugurado su primer córner gastronómico dentro de El Corte Inglés de Sanchinarro, una alianza que marca un hito en la estrategia de visibilidad y posicionamiento de la marca. Este nuevo espacio permitirá a los clientes acceder a los productos más representativos de La Martinuca en un entorno de alto tránsito y con un fuerte componente experiencial.
Crecimiento con raíces: calidad, tradición y escalabilidad
Más allá de su expansión territorial, La Martinuca reafirma su compromiso con una propuesta gastronómica auténtica, elaborada de forma artesanal y con ingredientes de máxima calidad. La compañía demuestra que es posible escalar un modelo de negocio sin renunciar a la tradición ni a la excelencia en cada bocado.
Con procesos estandarizados, logística optimizada y una trazabilidad integral, La Martinuca sigue dando pasos firmes hacia su objetivo: convertir la tortilla española en un icono global sin perder su alma local.
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