Pero ¿qué es una franquicia?
Antes de abrir una franquicia en el sector de la restauración, has de tener claro en qué consiste este modelo de negocio.
En concreto, una franquicia es un sistema en el que una empresa (la franquiciadora) cede a otra persona o empresa (la franquiciada) el derecho a utilizar su marca y a vender sus productos o servicios a cambio del pago de una tarifa inicial y unas comisiones mensuales o anuales, según el acuerdo que ambas partes negocien.
Las ventajas de emprender con una franquicia de hostelería
Una vez aclarado el concepto de franquicia, llega el momento de hablar de las ventajas de este modelo. La primera es incuestionable: el emprendedor no asume el riesgo de empezar desde cero un negocio, sino que se aprovecha de uno que ya funciona y es conocido por el público. Por lo tanto, los beneficios pueden llegar desde el minuto uno.
En este sentido, siempre que una marca se ofrece como franquiciadora, es porque su modelo de negocio está ampliamente testado y se ha comprobado su eficiencia. Todo ello se plasma en un libro de operaciones, el cual se entrega al franquiciado para que conozca todos los pasos a seguir durante el montaje y puesta en marcha.
Además, el franquiciador pone a disposición del franquiciado su red de proveedores, los cuales suelen ofrecer precios más competitivos por contar con acuerdos a gran escala. También ofrece formación completa para el emprendedor y para sus empleados, así como soporte continuo en marketing, operaciones diarias o resolución de problemas. Todo esto hace que el riesgo de fracaso descienda.
Algunos posibles inconvenientes
Como es obvio, las ventajas citadas anteriormente están asociadas a algunos inconvenientes, como es el pago de una tarifa mensual o anual o la obligatoriedad de sujetarse a las normas exigidas por el franquiciador. Eso sí, a nuestro juicio y al de la mayoría de quienes optan por este modelo, las ventajas superan ampliamente a las desventajas.