Esta investigación —desarrollada en el último Gastrolab de Aplus Gastromarketing con la participación de 30 comensales y sensores de neuromarketing— ofrece conclusiones de enorme valor para restaurantes, bodegas y diseñadores de producto. Y abre una vía estratégica muy sencilla para que el canal horeca incremente la experiencia, la valoración y el ticket medio sin necesidad de cambiar la referencia vinícola.
Una copa distinta, un vino distinto: lo que dice la ciencia
El estudio planteó una pregunta clave: ¿Puede una copa cambiar la percepción sensorial, emocional y económica de un vino?
Los participantes cataron el vino en tres contextos diferentes en los que la única variación fue el tipo de copa y el modo de servicio, en distintas sesiones registradas con sensores de neurociencia computacional para medir la activación emocional positiva, Índice SID (índice de decisión de compra) y emociones hacia el producto.
Las respuestas fueron contundentes:
1. El diseño y el peso influyen en el sabor y en la calidad percibida
Los sensores mostraron que las copas más pesadas y sofisticadas elevaron la expectativa de calidad. Los clientes percibieron más intensidad aromática y mejor sabor. La valoración del vino subió hasta un rango de 25–32 €, frente a los 12–16 € cuando se sirvió con una copa estándar.
2. El ritual de servicio amplifica la emoción y el recuerdo
El uso de decantador, movimientos ceremoniales y una narrativa más cuidada incrementó la conexión emocional con el producto, generó mayor activación emocional positiva y aumentó la memorabilidad de la experiencia.
3. El entorno condiciona el sabor, aunque el vino no cambie
El experimento demuestra que la calidad percibida no depende solo del contenido, sino de cómo se presenta ante los sentidos.
4. Conclusiones por género
Las mujeres reaccionaron con mayor intensidad a la estética y narrativa del servicio. Los hombres mostraron más conexión emocional con el gesto técnico del sumiller o camarero.
Implicaciones para el sector hostelero
El estudio aporta evidencia científica valiosa para el canal horeca y el sector vinícola. Sus implicaciones son directas:
- Potenciar la experiencia del cliente a través de pequeños detalles.
- Mejorar la percepción de calidad sin alterar el producto.
- Justificar precios premium con argumentos experienciales reales.
- Reforzar la identidad del local mediante rituales coherentes con el estilo del establecimiento.
- Fidelizar emocionalmente, un factor decisivo en el vino.
En definitiva, la copa deja de ser un mero recipiente: es una herramienta estratégica de marketing gastronómico y neuromarketing al alcance de cualquier restaurante.
Descarga a continuación el estudio completo Cómo la copa transforma el vino



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