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La compañía avanza en su proyecto “D-Cero. Futuro sin Desperdicio”, con el objetivo de reducir a la mitad el volumen de alimentos desperdiciados antes de 2030.

Aramark, referente en servicios de restauración colectiva y alimentación en centros institucionales, ha puesto en marcha la tercera fase de su proyecto estratégico D-Cero. Futuro sin Desperdicio, una iniciativa desarrollada junto a la Fundación PwC que busca reducir el desperdicio alimentario en toda su cadena de valor. La meta es ambiciosa: alcanzar una disminución del 50% del volumen total de alimentos desperdiciados en sus operaciones antes de 2030, en línea con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Para ello, Aramark ha diseñado 11 líneas de actuación integradas en su modelo de negocio y adaptadas a los requerimientos de la nueva Ley 1/2025 de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, ya en vigor. Estas acciones se centran en la mejora de procesos operativos, formación interna, sensibilización de los usuarios, y la incorporación de herramientas tecnológicas y de analítica avanzada para la toma de decisiones.

Entre las iniciativas más destacadas, se encuentra la creación de un programa de formación y concienciación dirigido tanto a consumidores como a empleados. Esta campaña, que arranca en septiembre en el comedor corporativo de PwC en Madrid, se extenderá progresivamente al resto de centros gestionados por la compañía en todo el país. Su objetivo es fomentar el consumo responsable y visibilizar el impacto ambiental y social del desperdicio alimentario.

Claves para la hostelería colectiva

El análisis revela diferencias significativas por sector: el canal Empresas lidera en volumen de desperdicio por comensal, seguido de Ocio y Hospitales, mientras que las Residencias se posicionan como el entorno más eficiente en la gestión del residuo alimentario.

En cuanto a los puntos críticos del proceso, el mayor porcentaje de desperdicio se genera en la retirada del servicio, especialmente en hospitales, donde hasta dos tercios del residuo alimentario proviene de bandejas no consumidas por pacientes. En contraposición, la fase de producción es la más eficiente, con menor generación de excedentes.

Estrategias de futuro: alianzas, donaciones y economía circular

Además de optimizar su operativa, Aramark trabaja activamente en la búsqueda de alianzas estratégicas para ampliar sus acuerdos de donación de excedentes en los más de 1.600 centros que opera en España, alineándose con la jerarquía de prioridades de la normativa actual. También explora proyectos de valorización de residuos orgánicos, como la generación de biogás para autoconsumo energético, lo que refuerza su compromiso con la descarbonización del sector y la economía circular.

 

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