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Hemos de pensar que solo los grandes negocios o empresas, como restaurantes, fábricas u hoteles, son quienes están obligados a reciclar. Pero no hay nada más alejado a la realidad que eso. El reciclaje es una forma de cuidado del planeta y, si bien todos los que tengan negocios que generen residuos deben hacerlo, la casa es el primer lugar para poner en marcha esta práctica. Aquí te contamos al respecto.

Beneficios del buen manejo de los residuos

Hay ocasiones en las que, cuando hablamos de responsabilidades, solemos buscar quiénes más deben asumirlas, en lugar de hacernos cargo de tareas que bien podríamos realizar. Extrañamente, manejar de forma adecuada las basuras es una de ellas.

Al momento de ser conscientes de la cantidad de residuos que se generan, pensamos en las grandes fábricas, los restaurantes y almacenes de cadena, los hoteles con miles de visitantes diarios. Y sí, las grandes empresas son responsables de llevar a cabo esta tarea, pero, ¿lo hacemos en casa?

El reciclaje es una tarea que beneficia a los integrantes de nuestra familia, a quienes viven en nuestro barrio e incluso a personas que no conocemos en otros países, ¿por qué? Entre otras, algunas razones son:

  • Al reciclar en casa y en nuestros negocios, disminuye considerablemente la cantidad de basura que son enviados a los rellenos sanitarios, en algunas ocasiones clandestinos o con mal manejo de los residuos.
  • Si empezamos a reciclar en casa creamos hábitos que se pueden poner en práctica en la escuela, universidad o trabajo. Esto, a su vez, le puede enseñar a quienes nos ven a hacerlo también.
  • Reciclar es una forma de aprovechar y ahorrar recursos naturales al darles otra oportunidad de uso y utilizando menos materia prima para la creación de más residuos.
  • Cuando reciclamos cuidamos el medio ambiente y creamos otro tipo de conciencia ambiental y social, lo que se traduce en mejores prácticas y trato a la naturaleza y sus recursos.

Cómo reciclar fácilmente

Aunque el reciclaje tiene su ciencia, es una ciencia que todos podemos aprender. De hecho, es tan fácil que lo puede poner en práctica incluso niños pequeños, eso sí, sabiendo cómo hacerlo. 

Para empezar, aprendemos a separar los residuos clasificándolos por su tipo. Estos pueden ser orgánicos, que suelen ser restos de comida, así como las cáscaras de todos los alimentos, papel, plástico, vidrio, como los más comunes. 

Algunos contenedores de basuras están diseñados con un color específico para cada tipo de residuo, pero esto podría cambiar en cada país. Por lo que es mejor leer la descripción del contenedor y aprender algunos símbolos que se usan universalmente para hacer referencia a residuos aprovechables y no aprovechables. 

Esto de conocer los contenedores de basuras aptos para reciclar es un método que se puede implementar en casa usando el simbolismo del país o ciudad en la que vivamos y así enseñarle a los más chicos y guardar en nuestro inconsciente la necesidad de reciclar.

Otro aspecto importante del reciclaje, que va de la mano con conocer los residuos que se pueden y no se pueden aprovechar es saber qué se está haciendo en mi comunidad para el tratamiento de basuras. Por ejemplo, no arrojar papeles en el inodoro, recoger el aceite usado y llevarlo a un punto de recolección, separar otros residuos especiales como pilas y medicamentos para no contaminar los demás elementos, etcétera.

Finalmente, también podemos facilitar el reciclaje usando menos productos de un solo uso, práctica que ya se está implementando con éxito en muchos hogares y ciudades.

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